La practicidad del cristianismo
Jacob era rico y la fuente clave de su riqueza era su astuta sabiduría y el favor que tenía ante Dios. Cuando miras de cerca su historia, ves a un hombre que tenía gran sabiduría y conocimiento. Los investigadores de remedios botánicos y herbarios de las últimas décadas han demostrado los métodos de Jacob, que utilizó en el rebaño de Labán. Imagine que el hombre fuera capaz de alterar el color o el ADN de las ovejas y las cabras mediante el uso de hierbas y remedios específicos.
Estos hombres de Abraham, aunque tenían el favor de Dios, también tenían un enfoque práctico en cómo manejaban las cosas. Imagine que Abraham tenía 300 hombres entrenados para luchar en su casa. Es decir, caminaba con sus propios milicianos personales.
La Biblia dice que los hijos de este mundo son en su generación más sabios que los hijos de la luz (Lucas 16:8). Jesús dijo que los no salvos son más sabios en cada generación que los salvos. Esta afirmación siempre me hizo sentir incómoda por el peso que tenían esas palabras. ¿Por qué Jesús concluiría que los no salvos siempre serían más sabios en cada generación que los salvos? Esta declaración no podía usarse con Abraham o Jacob porque ellos lideraban y tenían mucha autoridad en su tiempo. La razón por la que nuestra fe y la de Abraham parecen tan diferentes es que Abraham y Jacob eran prácticos.
La iglesia evita cualquier tema que se centre en el dinero debido a un espíritu religioso, y aquellos que intentan hablar sobre dinero se dice que son predicadores de prosperidad. Pero la verdad es que todo hombre nacido de mujer desea prosperar y tener éxito en la vida, y creo que Dios también quiere que nosotros prosperemos, pero ¿cómo podemos prosperar como creyentes?
Muchos oran por dinero, pero el dinero tiene que ver con la posición, no con la oración. La oración puede ayudarte a localizar la posición. Jacob se tomó tiempo para observar el rebaño y conoció el tipo correcto de hierbas que harían que el rebaño se multiplicara a su favor. Algunos creyentes han abandonado el mercado o los lugares de negocios porque asumieron que el mercado o el entorno empresarial es un llamado menor. Pero desde Abraham hasta sus hijos, ninguno abandonó su trabajo y negocio en pos de Dios, sino que invitaron a Dios a sus ambientes de trabajo e imploraron su sabiduría para aumentar sus rebaños y producir.
Como iglesia, es hora de que busquemos la sabiduría de Dios y a través de esa sabiduría accedamos a la riqueza y los recursos que necesitamos para nuestras familias y para la iglesia.
En conclusión, las historias de Jacob y Abraham nos muestran la necesidad de sabiduría espiritual y practicidad para llegar a ser próspero. El uso de remedios a base de hierbas por parte de Jacob y la aguda observación de su rebaño, junto con las medidas estratégicas de Abraham, como mantener una milicia personal, ejemplifican un enfoque equilibrado de la fe. Abraham vivió en una época en la que la gente saqueaba y mataba para obtener riqueza, por lo que tener esos hombres era una forma de proteger su riqueza y sostener la bendición. Si fuera la iglesia actual, diríamos que Dios los protegerá y nunca implementará tales medidas, y a veces, cuando la gente ve a un pastor con hombres armados a su alrededor, dicen que esos pastores no confían en Dios.
Muchos creyentes están sufriendo porque lo que necesitan ser práctico lo niegan y dicen que oraremos por ello. Definitivamente, la oración funciona, pero después de la oración, Abraham imploró métodos físicos para proteger a su familia.
Aunque la Biblia dice, “los hijos de este mundo son en su generación más sabios que los hijos de la luz” (Lucas 16:8). Sin embargo, Abraham y Jacob trascienden esta división integrando sus creencias espirituales en sus decisiones y acciones cotidianas.