Nivel Up: adornado para mi nuevo nivel

El apóstol Pablo declaró: "Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia hacia mí no era en vano; pero trabajé más abundantemente de lo que todos, pero no yo, sino la gracia de Dios que estaba conmigo " (1 Corintios 15:10, NKJV). Este versículo revela la profunda conciencia de Pablo sobre la gracia de Dios sobre su vida. Sin embargo, no solo confió en la gracia pasivamente: él trabajó activamente, aprovechando al máximo la habilitación divina que se le dio.

Este principio es evidente en toda la Escritura. Considere cuándo Dios le preguntó a Moisés: "¿Qué es eso en tu mano?" (Éxodo 4: 2). La pregunta no era porque Dios no lo sabía, sino porque quería que Moisés reconociera lo que ya estaba disponible para él. Del mismo modo, ¿qué tienes que Dios puede multiplicarse? ¿Qué habilidades, regalos o recursos pueden usar Dios para elevarte al siguiente nivel?

La conexión entre la gracia y el crecimiento

En los juegos, he notado algo interesante: el equipo cierto está disponible para los jugadores, pero no pueden usarlo hasta que suban de nivel. El equipo existe, pero su nivel actual no los califica para ejercerlo. El mismo principio se aplica a nuestra caminata espiritual. Muchos han recibido promesas, favor y bendiciones de Dios, pero aún no han aumentado en gracia para acceder a ellas por completo.

Pablo entendió esta verdad. Reconoció que Grace estaba sobre él, pero también sabía que tenía que trabajar. Cuando Dios hace una promesa, es una invitación para nivelar espiritualmente. Así como "a quien se le da mucho, de él se requerirá mucho" (Lucas 12:48), debemos rezar por un aumento en la gracia para operar en el nivel al que Dios nos está llamando.

El crecimiento de la gracia

¿Qué poseía Pablo que lo hizo decir: "Soy lo que soy por la gracia de Dios" ? La realidad es que todo lo que logramos en la vida es por gracia. Sin embargo, la gracia no es igual para todos, crece en proporción a nuestra revelación de Cristo. Como dice la Biblia, "pero crece en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo". (2 Pedro 3:18). La revelación aumenta la gracia, y la gracia permite el acceso a las promesas de Dios.

Una de las revelaciones más profundas que un creyente puede recibir es la revelación de Cristo. "Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios, pero esas cosas que se revelan nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre". (Deuteronomio 29:29). Cuanto más conocemos a Jesús, más crecemos en gracia. La gracia es la habilitación divina que otorga acceso a las mayores promesas de Dios.

Gracia y carisma

La palabra griega Charis (Grace) es la raíz del carisma (regalos). Esto muestra una conexión directa entre la gracia y los dones espirituales. Los dones, las habilidades y el favor vienen a través de la gracia, pero sin crecimiento en la gracia, uno puede carecer de la capacidad de utilizarlos por completo. ¿Podría ser que el avance financiero, la promoción o la oportunidad por la que ha estado orando no se ha manifestado porque aún no ha recibido suficiente gracia para acceder a él?

Un llamado a la oración

Algunos creen que no rezamos para que la gracia aumente, pero la Biblia dice "crecer en gracia" (2 Pedro 3:18), lo que significa que es nuestra responsabilidad buscar y cultivar el crecimiento en la gracia. Hoy, oremos:

1. Padre, ayúdanos a crecer en gracia. Danos una revelación más profunda de Cristo para que podamos caminar en mayores dimensiones de tu favor.

2. Señor, ayúdanos a subir de nivel. Que podamos madurar espiritualmente para acceder a las promesas que podemos haber perdido en nuestra infancia en Cristo.

3. Padre, gracias por la gracia que nos has otorgado. Declaramos que trabajaremos más abundantemente, aprovechando al máximo su gracia.

4. Aumente nuestro conocimiento, oh Señor. A través de este conocimiento, podemos crecer en todo lo que hacemos y caminar a favor divino.

5. Al concluir nuestro ayuno y oración, declaramos que hemos subido. Caminamos a favor divino y cumpliremos con el propósito que nos ha llamado para lograr.

Gracias, Señor, por su mayor poder y por aumentarnos en gracia. ¡En el nombre de Jesús, Amén!

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