Restaurando la integridad del mensaje de Dios en la iglesia

Hay mensajes que han sido robados dentro de la iglesia, ya sea en el ministerio, en la vida de los ministros o en la asamblea. La Biblia dice: "No serás el buey que pisa el maíz". (Deuteronomio 25: 4, 1 Corintios 9: 9). Esto significa que si un buey se zumbe mientras trabaja en el campo, perderá fuerza. Si no se le permite comer, no podrá arar de manera efectiva.

Del mismo modo, muchos ministros han recibido mensajes que podrían haber transformado e impactado multitudes. Sin embargo, estos mensajes se han comprometido debido a las necesidades dentro de la iglesia, en sus vidas personales o en el ministerio. Hay personas dentro de la iglesia que están llamadas a apoyar la obra de Dios financieramente y para estar con ministros, pero cuando no lo hacen, coloca una carga para quienes predican la palabra.

Las Escrituras nos enseñan: "Si hemos sembrado en ustedes cosas espirituales, ¿es una gran cosa si cosechamos sus cosas carnales?" (1 Corintios 9:11). Esto destaca el principio de intercambio: aquellos que trabajan en el ámbito espiritual también deben ser apoyados materialmente. Desafortunadamente, en muchas iglesias de hoy, el principio de dar ha sido descuidado. Como resultado, algunos ministros se centran en las apelaciones financieras en lugar de entregar los mensajes que Dios les ha dado.

Hemos visto casos en los que una profecía era verdadera y precisa, pero debido a que un ministro luego solicitó una semilla financiera, los corazones de las personas se enfriaron hacia el mensaje. Esto muestra cómo las necesidades del ministerio a veces pueden corromper la pureza de la Palabra de Dios.

Cuando Nehemías reconstruyó las paredes de Jerusalén, descubrió que los sacerdotes habían dejado sus deberes y habían entrado en trabajo secular (Nehemías 13: 10-11). Esto se convirtió en una limitación para Israel, ya que los sacerdotes ya no estaban disponibles para servir en su vocación divina. De la misma manera, muchos ministros de hoy no pueden centrarse completamente en su tarea dada por Dios porque las luchas financieras los obligan a buscar otros medios de supervivencia.

Es hora de que volvamos a llamar a los sacerdotes del campo practicando los principios de donación del reino. Los ministros no deberían tener que luchar para entregar el mensaje de Dios debido a limitaciones financieras. Esto no es solo un llamado para apoyar al ministerio, es un llamado para asumir la responsabilidad de la Casa de Dios.

Rezo para que Dios nos ayude a restaurar Su Palabra en la Iglesia, a levantar a los verdaderos adoradores y establecer su reino. Que seamos fieles en nuestra donación para que la obra de Dios pueda continuar sin obstáculos.

Déjame rezar por ti:

Que el Señor te bendiga y abra tu corazón para comprender estos principios. Que te proporcione mientras honras su casa. En el nombre de Jesús, Amén.

Dios lo bendiga.

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