Apóstol Humphrey

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Probado a través del fuego

CUALQUIER COSA que sea de valor pasa por un proceso. La cantidad de calor necesaria para fabricar un recipiente de oro es diferente de la necesaria para fabricar un recipiente de plástico. La intensidad de la presión utilizada para moldearte determina el tipo de destino que llevas. Algunas personas han interrumpido estos procesos y han impedido que la mano de Dios los moldee para ser individuos únicos.


Todo gran hombre o mujer tiene una historia que contar. En ocasiones, durante el proceso de moldeo, es posible que uno no comprenda plenamente la obra de Dios. Muchos admiran a grandes hombres y grandes mujeres, pero unos pocos están dispuestos a pagar el precio que le cuesta a ese individuo llegar a ese lugar. Siempre hay un precio que pagar para cumplir tus sueños y deseos. El costo es diferente para cada persona.


La Biblia cuenta la historia de un soñador y se llamaba José. Aunque Dios le había mostrado en un sueño su destino profético, parecía que era sólo un sueño porque aquellos que vio inclinándose ante él en el sueño lo vendieron como esclavo. Pasarían años antes de que esta visión se cumpliera. Muchos se dieron por vencidos justo antes del gran avance y, a diferencia de José, nunca vieron el cumplimiento de sus sueños y deseos.


Tengo ganas de decirle a alguien que no pierda la esperanza. Todas las grandes personas pasan por un proceso, imagina si esa persona que admiras se hubiera rendido. Hay tantas personas esperando el cumplimiento de ese sueño que les fue liberado. Tu sueño alberga los sueños de muchas otras personas, lo que significa que tus deseos y tus objetivos tienen el potencial de alimentar los sueños y deseos de otras personas. Todas las empresas grandes y pequeñas comenzaron como un sueño, pero ese sueño tardó mucho en nacer y perfeccionarse.


El sueño de José no era que sus hermanos se inclinaran ante él, sino que simbolizaba que él era un salvador para su familia. Cuando empezamos, en ocasiones podemos malinterpretar el valor de ese sueño o deseo. En este momento hay empresas que emplean a millones de personas y que fueron fundadas por personas que soportaron procesos que otros no estaban dispuestos a soportar. Las visiones siempre superan el propósito que tenía el fundador cuando las lanzó. A veces, cuando Dios te da una visión y le dices a otras personas, es posible que no vean el valor que ves en tus sueños. Quien lleva el sueño comprende el valor que tiene más que quienes lo rodean y en ocasiones lo desanimarán y le darán planes alternativos.


Imagínese que cuando los hermanos de José lo vendieron, no se dieron cuenta de que lo usarían para salvarlos a ellos y a sus esposas. Toda gran visión enfrenta resistencia, especialmente por parte de aquellos a quienes beneficiará más. No te rindas y mantente enfocado en lograr tu visión. “Porque yo sé los planes que tengo para vosotros, declara el Señor, planes para prosperaros y no para haceros daño, planes para daros esperanza y un futuro”. (Jeremías 29:11)
Dios vio las dificultades por las que pasaría José así que puso en su carácter la fuerza necesaria para mantenerse firme hasta el cumplimiento de la palabra. Cuál es ese sueño que Dios te liberó por el cual tienes que pagar un precio, no importa cuánto sientas que te ha costado, no te rindas, sigue empujando, tu sueño alimentará a muchos y tus planes prosperarán.
Dios lo bendiga.

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