¿Estancamiento o preparación?
Comprender el proceso de Dios a través de la vida de David
Su navegador no soporta audio HTML5
Estancamiento o preparación.mp4
Imagínese que Dios le promete grandeza, como le ocurrió a David cuando fue ungido para ser rey de Israel (1 Samuel 16:13). Sin embargo, después de recibir esta promesa, David se encontró nuevamente en el campo cuidando ovejas. ¿Fue esto estancamiento? Cuando la promesa de Dios tarda en manifestarse, ¿significa que estamos estancados?
Según el diccionario, el estancamiento es un estado en el que no hay movimiento, crecimiento o desarrollo, muchas veces debido a un bloqueo. Muchas personas malinterpretan las temporadas de espera como estancamiento, sin reconocer el progreso sutil que ocurre a su alrededor. En la naturaleza, una masa de agua puede aparecer quieta en la superficie, pero una hoja flotando en ella puede revelar una suave corriente. De manera similar, Dios a menudo está obrando en nuestras vidas de maneras que pueden no parecer obvias al principio.
El viaje de David: una lección de paciencia y confianza
Después de que David fue ungido, volvió a pastorear. Imagínate que te dijeran que te convertirías en rey, sólo para encontrarte de regreso en los campos. Más tarde, fue llamado a servir en el palacio del rey Saúl como músico, no como gobernante. La promesa era de reinado, no de maestría musical, pero esto no fue estancamiento: fue preparación. Dios estaba entrenando a David en los caminos del reino, mostrándole la dinámica de la realeza, incluso mientras tocaba música para el rey actual (1 Samuel 16:21-23).
Esta etapa en la vida de David nos enseña que a veces lo que parece ser un retraso o incluso una mala dirección es en realidad la manera en que Dios nos prepara. David estaba aprendiendo lecciones esenciales que le servirían más tarde como rey. Como dice el Salmo 37:23: “Los pasos del hombre bueno son ordenados por el Señor, y Él se deleita en su camino”. Incluso cuando no parecía que estuviera avanzando hacia la realeza, Dios estaba guiando a David paso a paso.
Estancamiento versus proceso
El verdadero estancamiento ocurre cuando no hay movimiento y, espiritualmente, esto significa que no hay vida. El estancamiento puede ocurrir cuando estamos desconectados de la presencia de Dios y Su Palabra. Pero mientras estemos alineados con el Espíritu de Dios, hay vida y movimiento, aunque parezca lento. “El Espíritu da vida; la carne no cuenta para nada. Las palabras que os he hablado están llenas de Espíritu y de vida” (Juan 6:63). La Palabra de Dios es una fuente constante de vitalidad que nos mantiene en un flujo de propósito y progreso.
Cuando el proceso de Dios parece un retraso
El viaje de David estuvo lleno de desafíos: enfrentó a Goliat, soportó los celos del rey Saúl e incluso se escondió en cuevas para salvar su vida (1 Samuel 18:7-9, 1 Samuel 22:1). Estas dificultades podrían parecer obstáculos a la promesa de Dios, pero fueron procesos divinos que lo moldearon para su papel fundamental. “Y no sólo eso, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y perseverancia, carácter; y el carácter, esperanza” (Romanos 5:3-4). Al igual que el fuego refinado, el proceso de Dios a menudo se siente como un rechazo o un retraso, pero es el medio por el cual Él nos moldea para Sus propósitos.
Cada desafío que enfrentó David lo preparó para una responsabilidad mayor. Cuando derrotó a Goliat (1 Samuel 17:45-47), no solo estaba ganando una batalla; estaba avanzando hacia su propósito. De manera similar, las pruebas que enfrentamos hoy podrían estar refinándonos para futuras responsabilidades en el Reino de Dios.
Ver la mano de Dios en movimientos sutiles
Nuestras vidas pueden tener temporadas que parecen inactivas o estancadas, pero cada oración contestada, cada paso adelante y cada lección aprendida es una señal de la obra de Dios dentro de nosotros. Jesús compartió una parábola sobre un árbol que no dio fruto y cómo su dueño lo vigilaba esperando que creciera (Lucas 13:6-9). Dios también espera fruto de nosotros en cada estación, pero muchos no ceden a su palabra y a sus obras y no producen. Aún cuando no produzcamos no te rindas mantente arraigado y fiel a Su Palabra.
Abrazando el proceso: una oración por paciencia y alineación
Muchas personas luchan con lo que parece ser un estancamiento, pero a menudo se trata de una percepción errónea. El verdadero problema puede ser no reconocer los pequeños pasos que nos están llevando hacia adelante. A veces, estos pasos son tan simples como aprender a servir donde estamos, como lo hizo David en el palacio de Saúl. Cuando nos saltamos o ignoramos estos pasos, corremos el riesgo de retrasar el propósito de Dios en nuestras vidas. “Si sois fieles en las cosas pequeñas, también lo seréis en las grandes” (Lucas 16:10).
Mi oración por ti es que Dios te alinee con Su Palabra y Su voluntad, ayudándote a ver cada movimiento sutil de crecimiento y progreso. Que aceptes cada paso de la preparación y que la presencia de Dios sea evidente en tu jornada. Como David, que tú seas fortalecido en cada proceso y, finalmente, entres en la plenitud de lo que Dios te ha prometido.
En el nombre de Jesús, que puedas ver la manifestación de las promesas de Dios en tu vida. Amén.