El arte de soñar sueños: la generación de Joel.
Hay un fuerte derramamiento de dones espirituales en nuestra generación y hemos sido testigos de manifestaciones significativas, especialmente de dones proféticos. Recuerdo a un hombre de Dios hablando de la visión de una generación futura, que seguiría a su generación marcada por un nivel sin precedentes de visión profética y visión espiritual. Incluso dijo que, aunque era profeta, se negó a ser llamado profeta viendo a aquellos que llevarían ese título después de él. Su visión le mostró un futuro donde los individuos poseerían tal precisión en el Espíritu que asombraría al mundo, cuestionando la naturaleza de estas personas. La Biblia habla de esto y afirma: 'Derramaré mi Espíritu sobre toda carne...' Esto implica que Dios desea obrar a través de nuestra carne trabajando con nosotros como vasos, lo que indica una próxima generación profética.
La Biblia dice que la gloria de la letra será mayor que la de la casa anterior, lo que demuestra que hay un avance aún mayor más allá de lo que hemos visto en nuestra generación. Joel 2:28 dice además 'Vuestros ancianos soñarán sueños '. Estos no son ancianos por su edad sino aquellos que han madurado en su fe en Cristo. Distingue entre sueños ordinarios, que a menudo son un reflejo de la vida y las preocupaciones personales, y sueños inspirados directamente por el Espíritu de Dios. La visión de Joel de 'ancianos soñando sueños' se refiere a aquellos maduros en la fe que reciben sueños inspirados por Dios, impactando no solo al individuo sino a las generaciones.
Un ejemplo bíblico es el sueño de Faraón, que no fue sólo una reflexión personal sino una revelación divina destinada a preservar a Israel y al mundo del hambre. Esto demuestra que algunos sueños son comunicaciones divinas destinadas a tener un impacto más amplio.
Si José no hubiera podido interpretar el sueño de Faraón, se habrían perdido innumerables vidas. Esto subraya por qué Dios confía ciertos sueños a los maduros; Él sabe que aquellos que son inexpertos o "niños" en comprensión espiritual podrían no administrar adecuadamente tales revelaciones. La referencia que hace la Biblia a los "ancianos que tienen sueños" resalta que aquellos que son espiritualmente maduros están mejor equipados para ejecutar los planes de Dios. Esta capacidad tiene más que ver con la ejecución que cualquier otra cosa.
Entonces, ¿cómo se puede avanzar hasta un nivel de madurez en el que se puedan recibir y gestionar esos sueños de forma eficaz? Comienza valorando y comprendiendo los sueños que recibes diariamente, reconociendo que cada sueño tiene un significado. Faraón estaba profundamente preocupado por su sueño porque reconoció el valor inherente de los sueños. Dios eligió a Faraón para esta revelación porque él no sólo valoraba los sueños sino que también tenía los recursos necesarios para implementar la guía divina proporcionada.
Vivimos en una generación profética, una generación de soñadores. Sin embargo, se requiere madurez espiritual para recibir y comprender las revelaciones más profundas de Dios. La Biblia hace una analogía de que un heredero, mientras sea niño, no se diferencia de un siervo, a pesar de ser el señor de todos. Hay ciertas revelaciones y responsabilidades que Dios no nos confiará hasta que maduremos espiritualmente.
La Biblia habla de madurar y dice que la carne fuerte es de quienes, por razón del uso, han ejercitado sus facultades espirituales. Por lo tanto, el crecimiento espiritual es un proceso de participación activa y obediencia a las directivas de Dios. Cuanto más obedecemos y seguimos Su guía, más maduramos. El camino para recibir sueños que lleven instrucciones divinas es a través de la madurez, que a su vez se logra a través del ejercicio espiritual.
Entonces, la pregunta es: ¿Estás dispuesto a realizar ejercicios espirituales para madurar? Sólo a través de esa voluntad y esfuerzo podremos convertirnos en administradores capaces de los sueños y visiones que Dios nos confía.