Apóstol Humphrey

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Dominar los protocolos de oración

En las Escrituras se desarrollan imágenes vívidas cuando vemos a 24 élderes que tienen 24 tronos; en esta visión, cada trono está ocupado por un anciano. Estos grandes hombres o seres, en un acto de profunda adoración, descienden de sus tronos y se quitan humildemente sus coronas. Esta postura significa una entrega que trasciende las palabras. En el reino celestial, donde la palabra hablada se mezcla con la música celestial, la postura del corazón emerge como una melodía silenciosa pero poderosa: una ofrenda que sobrepasa el lenguaje. Es necesario comprender que estos tronos pertenecen a hombres que tienen el honor más alto que jamás haya existido en el reino del hombre (la Tierra) y en el cielo. Sin embargo, con tal honor y autoridad, se han dado cuenta de que no hay nada que tenga más valor que la adoración. No hay rango o título en la Tierra que tenga más autoridad que la autoridad que estos hombres tienen, sin embargo, durante la mayor parte de su tiempo están en adoración. ¿La adoración no interfiere con sus responsabilidades? He visto videos de personas burlándose de los africanos, diciendo que los africanos se consumen en oración cuando podrían estar construyendo sus naciones y siendo más productivos.

La oración te hace más productivo y uno nunca puede desperdiciarse en oración. El desafío es que muchos no entienden lo que hace la oración. Los ancianos estaban en adoración, y esa adoración es la herramienta que les hizo mantener y sostener sus Reinos. Aprendamos más sobre la oración usando el Padrenuestro como modelo. Hay un orden para adorar, y antes de buscar el pan, debéis ofrecer adoración a Dios, Padre nuestro que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre.

Buscar Su presencia viene antes de pedir perdón. "Y perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden". Cuando Adán pecó, buscó hojas de higuera para cubrir su desnudez. Pero Adán no tuvo la revelación correcta sobre cómo cubrir su desnudez. Jesús, al enseñar a sus discípulos la oración, les mostró que el pecado no es el problema. Primero adoran e incluso piden pan, muchos, como Adán, se han enfocado en el pecado y asumen que están cubiertos cuando no saben cómo lidiar con su pecado.

Dios proporciona pan a cualquiera que pueda adorar; por eso la adoración no tiene nada que ver con el cristianismo. Incluso aquellos en el mundo y aun aquellos en el mundo pueden adorarlo, y Él les responderá. Pueden ser más bendecidos que un creyente porque han dominado los protocolos de la oración, que consiste en buscar Su presencia en la adoración, buscar Su mano y buscar Su misericordia. La salvación y la provisión son diferentes. El apóstol Pablo observó un altar construido para Dios, pero el pueblo no conocía a Dios. Adoraron en ignorancia.

Quien es adorador, incluso en la ignorancia, puede pedirle pan. Pero muchos nunca buscan la salvación, es decir, el perdón. Dios da pan a cualquiera que pueda adorarlo, aunque sea pecador. Por eso la Biblia dice que Él hace llover sobre todos; la lluvia es como la bendición, y muchos están experimentando la bendición de Dios porque son adoradores. La adoración no se limita a las cuatro paredes de una iglesia. Adorar es mostrar consideración con gran respeto, honor o devoción. La adoración es la clave para recibir una bendición de Dios.

Los títulos terrenales no son nada comparados con la autoridad ejercida por los 24 ancianos; sin embargo, con toda esa autoridad, nos muestran que no hay nada tan satisfactorio como ser un adorador y vivir como un adorador. Contrariamente a lo que se piensa erróneamente, la adoración no es un obstáculo sino un catalizador para la productividad. La adoración se extiende más allá de los límites religiosos, y aquellos que experimentan la bendición lo son porque son adoradores. ¿Serías un adorador?

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