Desenmascarar a tu enemigo: ideas sobre la guerra espiritual
La guerra espiritual es real y la mayoría de los problemas que afectan a los matrimonios, las empresas, los ministerios e incluso las naciones están asociados con la actividad demoníaca. Una persona puede pasar por ciclos de ataques de estas fuerzas invisibles, y lo único que la gente puede ver es una falta de progreso. Job en la Biblia fue afectado por una reunión que tuvo lugar en los cielos, y ni siquiera aportó una palabra, sin embargo, esa reunión impactó su vida. ¿Cuántos acontecimientos espirituales han ocurrido a tu alrededor de los que no eras consciente y que, sin embargo, han impactado enormemente tu destino?
En la Biblia hay un hombre cuyo deseo de reconstruir le costó la vida de sus dos hijos. Lo único que hizo fue reconstruir los muros de Jericó, pero no estaba al tanto de una maldición que fue pronunciada, y esa maldición se cumplió en su vida debido a su ignorancia de los principios espirituales. La vida es espiritual y muchas batallas por las que pasa la gente se deben a actividades en el reino de los espíritus. Algunos de los fracasos en el matrimonio y en la vida son causados por fuerzas demoníacas, pero quienes son atacados a menudo no son conscientes de la naturaleza espiritual de sus desafíos.
Si la mayoría de los problemas de la vida son causados por sistemas demoníacos, es necesario comprender cómo lidiar con este tipo de fuerzas. Primero, hay que entender la naturaleza del enemigo. La Biblia nos aconseja que no ignoremos las maquinaciones del enemigo. ¿Sabes quién es tu enemigo o qué potencia las batallas en tu destino? ¿Has estudiado tu vida espiritual y has sacado alguna conclusión? ¿Has notado los sistemas que funcionan dentro y alrededor de tu vida?
En Lucas 14:31, leemos acerca de un rey que se prepara para la guerra y cómo primero se sienta para evaluar si sus 10.000 hombres serían capaces de derrotar a un ejército enemigo de 20.000. De manera similar, ¿conoces el tipo de sistemas que funcionan en tu vida, en tu familia o incluso en tu nación? ¿Has estudiado cómo superarlos o lograr la victoria sobre ellos?
En el libro titulado "Needless Casualties of War", el difunto John Paul Jackson relata una visión que tuvo de hombres en plataformas elevadas, lanzando machetes a la luna. La multitud que los observaba los vitoreó, pero cuando se cansaron y durmieron, las sombras oscuras de la luna los atacaron. Estos hombres estaban involucrados en una guerra espiritual pero carecían de comprensión y fuerza para continuar la batalla.
Jackson también dio el ejemplo de un hombre que luchaba contra el príncipe del aborto en una determinada ciudad. Mientras oraban contra este demonio como iglesia, se lo representaba como un hombre arrojando machetes a la luna. En consecuencia, las mujeres de la iglesia comenzaron a sufrir abortos espontáneos. La iglesia se convirtió en víctima del sistema contra el que luchaban; necesitaban reevaluar su estrategia. ¿Cuántas oraciones has hecho que resultaron en situaciones peores? No estoy diciendo que esas personas carecieran de poder sobre el demonio, pero carecían de una estrategia para enfrentarlo. Sí, estamos llamados a la guerra, pero las estrategias para derrotar a cada sistema son diferentes.
Como esos hombres de Dios, muchos son víctimas del diablo y de los demonios porque inician batallas que no tienen capacidad de terminar. Muchos se convierten en víctimas innecesarias de la guerra debido a una falta de comprensión de las reglas de enfrentamiento en la guerra espiritual. Los demonios son reales, la guerra es real, pero atacar a un enemigo desconocido es una tontería.
La guerra espiritual afecta todos los aspectos de la vida humana, desde el nivel personal hasta el relacional (matrimonio), profesional (empresas), espiritual (ministerios) e incluso nacional. Fuerzas invisibles moldean el destino de las personas y causan estragos, y el mayor desafío es que muchos desconocen este ámbito.
Para prevalecer en la guerra espiritual, primero debemos reconocer la existencia y naturaleza del enemigo. La ignorancia de los dispositivos del enemigo sólo conduce a bajas innecesarias. Comprender las reglas de enfrentamiento y buscar la sabiduría divina nos permite superar estos sistemas demoníacos. No es una cuestión de agresión ciega, sino más bien de discernimiento, perseverancia y confianza en la guía divina. Si bien la guerra espiritual es real, requiere un enfoque equilibrado. Debemos participar en la batalla pero también ejercer la sabiduría y utilizar estrategias apropiadas. Como el hombre que, sin saberlo, luchó contra el demonio del aborto, podemos convertirnos en víctimas de batallas que no somos capaces de terminar. Por lo tanto, equipémonos de conocimiento y comprensión, reconociendo que la victoria sobre el reino espiritual radica en conocer al enemigo y enfrentarnos a la sabiduría. Dios lo bendiga